domingo, 5 de abril de 2009

nº 57. 5 de Abril de 2009


EDITORIAL MONTAVERNER
Queridos amigos:
Semana tras semana y ya nos encontramos de nuevo con la más santa de todas ellas, que para nosotros, los cristianos de Montaverner no concluye con la Pascua sino con la Fiesta del Milagro de San Blas.
Para todos la Semana Santa es la semana del Amor. Y un Amor grande que supera la capacidad humana, un Amor desbordante que llena y rebosa el corazón del ser humano.
Es el amor de Dios que se da, sin reservarse nada. Es el amor del Padre que en la cruz entrega a su Hijo y el amor del Hijo que en el madero nos entrega el Espíritu. Y del Espíritu que se nos da.
Así es Dios. Ante la indiferencia, el desprecio y la negación por parte de quienes viven en la ciudad, la abandonan o entran en ella, nuestro Dios se coloca al margen del camino para desde allí ofrecernos su perdón.
Y así estamos llamados los cristianos, cada vez que celebramos la eucaristía y el Triduo Pascual, a dar sin esperar.
Nuestra labor es estar en el margen de los caminos para amar a todos, especialmente a aquellos que son marginados por la sociedad y para amar, no sólo de palabra, sino con gestos, a aquellos que en nuestro tiempo se mantienen indiferentes ante Dios, le niegan y persiguen a quienes cada día con su entrega a los demás y su palabra, dan testimonio del Evangelio, en medio del pueblo. Frente al no a Dios, la respuesta del mismo Dios y nuestra es el Si al ser humano. Y para eso en esta semana se nos invita a escuchar, celebrar y optar.
Siete días para escuchar la Palabra de Dios, meditar los textos bíblicos, especialmente la pasión y los cánticos del Siervo de Yahvé.
Para participar en las celebraciones parroquiales y en las organizadas por la Cofradía de la Virgen de los Dolores, integrándose en ellas y con nuestra presencia mantener viva la singularidad de nuestra Semana Santa. Valga desde esta hoja la gratitud a cuantos por la Virgen y el Cristo, lo hacéis posible.
Para realizar una opción preferencial por los más necesitados. Así, a nivel parroquial vamos a comenzar con un primer gesto: la colecta del Jueves Santo será destinada a los más necesitados de Montaverner.
Posteriormente os convocaré a fin de estudiar la posibilidad de constituir Cáritas Parroquial y administrar esta cuenta, en coordinación con los servicios sociales del ayuntamiento, a fin de ayudar a estos Cristos vivos, las familias que están económicamente pasándolo mal.
José

EDITORIAL ALFARRASÍ
Queridos amigos:
Semana tras semana y ya nos encontramos de nuevo con la más santa de todas ellas, que para nosotros, los cristianos de Alfarrasí concluye con el acto más emblemático y emotivo de nuestro pueblo, l’Angelet de la Corda.
Para todos la Semana Santa es la semana del Amor. Y un Amor grande que supera la capacidad humana, un Amor desbordante que llena y rebosa el corazón del ser humano.
Es el amor de Dios que se da, sin reservarse nada. Es el amor del Padre que en la cruz entrega a su Hijo y el amor del Hijo que en el madero nos entrega el Espíritu. Y del Espíritu que se nos da.
Así es Dios. Ante la indiferencia, el desprecio y la negación por parte de quienes viven en la ciudad, la abandonan o entran en ella, nuestro Dios se coloca al margen del camino para desde allí ofrecernos su perdón.
Y así estamos llamados los cristianos, cada vez que celebramos la eucaristía y el Triduo Pascual, a dar sin esperar.
Nuestra labor es estar en el margen de los caminos para amar a todos, especialmente a aquellos que son marginados por la sociedad y para amar, no sólo de palabra, sino con gestos, a aquellos que en nuestro tiempo se mantienen indiferentes ante Dios, le niegan y persiguen a quienes cada día con su entrega a los demás y su palabra, dan testimonio del Evangelio, en medio del pueblo. Frente al no a Dios, la respuesta del mismo Dios y nuestra es el Si al ser humano. Y para eso en esta semana se nos invita a escuchar, celebrar y optar.
Siete días para escuchar la Palabra de Dios, meditar los textos bíblicos, especialmente la pasión y los cánticos del Siervo de Yahvé.
Para participar en las celebraciones parroquiales y como no de la fiesta de l’Angelet de la Corda. Valga desde esta hoja la felicitación a Nayra Úbeda Ases y a sus padres y familia, por el honor que le ha correspondido, el más grande para toda niña de Alfarrasí.
Para realizar una opción preferencial por los más necesitados. Así, a nivel parroquial vamos a comenzar con un primer gesto: la colecta del Jueves Santo será destinada a los más necesitados de Alfarrasí.
En estos tiempos de crisis, la comunidad parroquialtiene el deber de ayudar a los necesitados, a estos Cristos vivos, las familias que están económicamente pasándolo mal.
Y a todos felices pascuas y feliz “Festa de l’Angelet de la Corda”.
José
EDITORIAL BENISSUERA
Queridos amigos:
Semana tras semana y ya nos encontramos de nuevo con la más santa de todas ellas, que para nosotros, concluye con la Pascua.
Para todos la Semana Santa es la semana del Amor. Y un Amor grande que supera la capacidad humana, un Amor desbordante que llena y rebosa el corazón del ser humano.
Es el amor de Dios que se da, sin reservarse nada. Es el amor del Padre que en la cruz entrega a su Hijo y el amor del Hijo que en el madero nos entrega el Espíritu. Y del Espíritu que se nos da.
Así es Dios. Ante la indiferencia, el desprecio y la negación por parte de quienes viven en la ciudad, la abandonan o entran en ella, nuestro Dios se coloca al margen del camino para desde allí ofrecernos su perdón.
Y así estamos llamados los cristianos, cada vez que celebramos la eucaristía y el Triduo Pascual, a dar sin esperar.
Nuestra labor es estar en el margen de los caminos para amar a todos, especialmente a aquellos que son marginados por la sociedad y para amar, no sólo de palabra, sino con gestos, a aquellos que en nuestro tiempo se mantienen indiferentes ante Dios, le niegan y persiguen a quienes cada día con su entrega a los demás y su palabra, dan testimonio del Evangelio, en medio del pueblo. Frente al no a Dios, la respuesta del mismo Dios y nuestra es el Si al ser humano. Y para eso en esta semana se nos invita a escuchar, celebrar y optar.
Siete días para escuchar la Palabra de Dios, meditar los textos bíblicos, especialmente la pasión y los cánticos del Siervo de Yahvé.
Siete días para participar de las celebraciones centrales y así contemplar, meditar y rezar el Misterio Pascual, es decir, la entrega total de Jesucristo por nosotros.
Pero la Semana Santa no sólo es un tiempo para escuchar la Palabra de Dios y celebrar el Misterio Pascual. La fe escuchada y celebrada nos ha de conducir al encuentro con el hermano necesitado.
En estos tiempos de crisis, como comunidad parroquial, debemos plantearnos los modos de ayudar a los más necesitados.
Escuchar a Cristo en la cruz y contemplarle allí nos ha de llevar a ser una comunidad parroquial samaritana, a ser nosotros mismos samaritanos que seamos capaces de escucharle y servirle en los más necesitados.
José

PINCELADAS DESDE MI VENTANA
Virgen con miriñaque,
virgen de la Soledad,
abierta como un inmenso
tulipán.
En tu barco de luces
vas
por la alta marea
de la ciudad,
entre saetas turbias
y estrella de cristal.
Virgen con miriñaque
tu vas
por el río de la calle,
¡hasta el mar!
Federico García Lorca

HORARIO DE CELEBRACIONES EN MONTAVERNER, ALFARRASÍ Y BENISSUERA DURANTE LA SEMANA SANTA.
Lunes 6. A las 9 Misa en Montaverner, en sufragio de José Micó Tormo; difuntos de la familia López-Mahiques. A continuación confesiones. A las 16 Celebración Penitencial en Benissuera. 19 Confesiones en Alfarrasí. A las 19.30 Misa en Alfarrasí, al terminar la misa confesiones.
Martes 7. A las 9 Misa en Montaverner en sufragio de los difuntos de Vicente Martínez y Maruja González; Carmen Ferri Vidal y sus hermanos. A continuación confesiones. A las 16 Misa en el Centro de Día. A las 20.30 Traslado de la Virgen de los Dolores. Itinerario: Pl. Mayor, Gandía, San Juan y Santiago, Benicadell y Germanies. Este año la Hermana Mayor de la Cofradía de la Virgen de los Dolores es Amparo López Pastor.
Miércoles 8. A las 16 Santo Rosario ante la imagen de la Virgen de los Dolores. A las 19 Confesiones en Alfarrasí. A las 19.30 Misa. A continuación confesiones. A las 22 Confesiones en Montaverner. Santo Rosario ante la Virgen de los Dolores.
Jueves Santo 20. De 12 a 13 Confesiones en Montaverner.
TRIDUO PASCUAL.
JUEVES SANTO.
A las 17 Misa de la Cena del Señor en Benissuera
A las 18.30 Misa de la Cena del Señor en Montaverner.
A las 20 Misa de la Cena del Señor en Alfarrasí.
A las 23 Hora Santa en Montaverner.
A las 23 Hora Santa en Alfarrasí

VIERNES SANTO
A las 10 Via Crucis en Montaverner.
A las 11 Via Crucis en Benissuera
A las 12.30 Meditación de las Siete Palabras en Montaverner.
A las 13.15 Meditación de las Siete Palabras en Alfarrasí.
A las 17 Acción Litúrgica de la Pasión de N.S. en Benissuera.
A las 18.30 Acción Litúrgica de la Pasión de N.S. en Montaverner
A las 20 Acción Litúrgica de la Pasión de N.S. en Alfarrasí.
A las 21.30 Solemne Procesión del Santo Entierro en Montaverner
A las 23 Via Crucis en Alfarrasí.

SÁBADO SANTO.
COMIENZA EL TIEMPO PASCUAL.
A las 19 Vigilia Pascual en Benissuera.
A las 21 Vigilia Pascual en Alfarrasí.
A las 23 Vigilia Pascual en Montaverner.

DOMINGO DE PASCUA.
A las 9 “L’Angelet de la Corda” y Misa Solemne presidida por D. José Antonio Varela (Vicario Episcopal)
A las 11.30 Misa de Pascua de Resurrección en Benissuera.
A las 12.30 Misa de Pascua de Resurrección en sufragio de Conchín Fuster Tarrasó.
A las 20.30 Traslado de S. Blas en y baile de la bandera.

LUNES DE PASCUA.
A las 8 Rosario de la Aurora en Montaverner.
A las 9 Misa en Montaverner en sufragio de quienes sufrieron la peste del garrotillo de 1678 y fueron testigos del milagro.
A las 10 Misa en la Ermita de Alfarrasí.
A las 12 En Montaverner Misa Solemne en honor a S. Blas presidida por D. Enrique Sarneguet.
A las 20.30 Solemne procesión en honor a S. Blas, al finalizar Baile de la Bandera
Domingo de Ramos

Marcos 11,1-10—Isaías 50,4-7.— Salmo 21—Filipenses 2,6-11.—Mc 14, 1-15,47

Con este domingo inauguramos la Semana Santa, celebrando la entrada de Cristo en Jerusalén para realizar el misterio pascual. En los cuatro evangelios Jesús es presentado como el Rey-Mesías que entra y toma posesión de su ciudad, un Mesías humilde y manso que cumple la profecía de Zacarías (9,9): “He aquí que tu rey viene a ti; él es justo y victorioso, humilde y montado en un asno”. Así el domingo es llamado domingo de Ramos y domingo de pasión, en cuanto en él tienen lugar los dos elementos: acogemos a Cristo victorioso que al pecado y sus consecuencias, con su pasión y muerte.

Elementos de este día:
La Procesión: su origen se encuentra en Jerusalén durante el s.IV, celebrándose allí el domingo por la tarde. Ese día se reunían todos en el monte de los Olivos y desde allí iban en procesión hasta la ciudad, llevando ramos de olivo y acompañando al Obispo, quien representaba a Cristo.
Se caracteriza por el gozo y el júbilo que anticipa la Pascua. Es una procesión en honor a Cristo rey; por eso los ornamentos (el alba, la estola y la casulla que lleva el sacerdote) son rojos (igual que en Pentecostés, las misas del Espíritu Santo y de los mártires, es decir, de quienes entregando su vida por Cristo triunfan). Durante la procesión se cantan.
La Liturgia de la Palabra: si la procesión evocaba la Pascua, la liturgia de la Palabra (las lecturas) evocan el viernes santo. Con ello se resume toda la Semana Santa, como bien se ha indicado más arriba: Cristo vencerá por su pasión y muerte.


En vez de caballos o elefantes, un burrito con su madre.
En vez de carros de combate, ramos y mantos para
alfombrar la calzada.
En vez de riquezas,
pobreza radical,
todo de prestado.
En vez de gritos de guerra,
cantos de alabanza.
En vez de soldados,
discípulos vulgares y niños.
En vez de espectáculo y grandiosidad,
sencillez y humildad.
Triunfan los valores del Reino de Dios: la paz, la mansedumbre, la humildad, la pobreza, la solidaridad, Jesús, el Mesías solidario con las víctimas de tantas injusticias, Salvador.

Jueves Santo

Éxodo 14, 15-15,1—Salmo 117—Romanos. 6, 3-11 - Marcos 16,1-8.

Todo evoca la memoria de la cena pascual que Jesucristo compartió con sus discípulos: el tiempo (al atardecer), las lecturas de la institución de la eucaristía, el discurso final de Jesús y el lavatorio de los pies, la inserción en la plegaria eucarística de las palabras: “el cual hoy, la víspera de parecer por nuestra salvación...”.
Todo el ambiente está impregnado por el espíritu de gozo profundo e interior que experimentó aquella tarde Jesús. Y este ambiente festivo impregna la misa. Los cantos son alegres, el Gloria se canta o se recita y las vestiduras son blancas. Solamente se omite el Aleluya para recordarnos que no es todavía el domingo de pascua.

Elementos de este dia:
Lavatorio de los pies: . Representa el supremo acto de servicio de Cristo a la humanidad, evoca su entrega total en la cruz. Con este gesto, en el cual, el sacerdote lava los pies, se nos invita a imitar el espíritu de servicio de Cristo en las cosas pequeñas .
Colecta: este año destinada a los pobres, expresión de nuestra voluntad de servir a los más necesitados.
Reserva solemne: el gran amor manifestado por Cristo en la eucaristía permanece en el Monumento. Durante unas horas la Iglesia permanece abierta a fin de poder adorar a Cristo presente en Él. Constituyen estas horas una buena ocasión para profundizar en el misterio que se está celebrando, su entrega total por nosotros
Hora Santa: en ella recordamos el discurso de sobremesa de Jesús, posterior a la cena, en el cual se despide de sus discípulos, les anuncia el envío del Espíritu Santo, el paráclito (defensor), quien les ayudará en las numerosas dificultades y persecuciones que sufrirán, invitándoles a permanecer unidos a Él como los sarmientos a la vid, hasta que Él vuelva. Concluye con la bellísima oración sacerdotal, en la que Jesús ruega al Padre por cada uno de nosotros. Todo este discurso se encuentra en Juan 13, 31-17, 26. También en esta hora se evoca la oración en el huerto de Getsemaní (Mt 26, 36-46; Mc 14, 32-42; Lc 22, 40-46).
Preparada por los juniors es una hora de oración y contemplación, de escucha y acogida de tanto amor que al día siguiente llegará a su culminación con la muerte en cruz.

Viernes Santo

Isaías 52,13-53,12.– Samo 30—Hebreos 4,14-16; 5,7-9.—Juan 18,1-19,42.

Hoy empezamos, propiamente, la celebración de la Pascua. Como bien significa este término, el “paso”, el tránsito de Jesús a través de la muerte a la Nueva Vida.
Todo este día se encuentra centrado en el Cruz del Señor. Pero la cruz no invita a la tristeza sino a la celebración. La comunidad cristiana proclama la Pasión del Señor y adora su Cruz como el primer acto del Misterio Pascual.
Atrás queda el color morado, la cuaresma terminó la mañana del Jueves Santo. Hoy es el color rojo, color de los mártires, recordando pedagógicamente que no estamos en un entierro ni guardando luto. Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente a la Muerte para salvar a todos. No es la celebración de un fracaso ni es la tragedia de un Dios impotente que es crucificado por la humanidad. Es la celebración de la victoria sobre el pecado y la muerte, la entronización de un Dios a quien no le quitan la vida, sino que la da. La misma Pasión de San Juan manifiesta al Cristo Rey, eliminando de ella todo dramatismo.
También el Viernes y el Sábado Santo están marcados por la austeridad y el ayuno, no sólo como signo penitencial sino como expresión de que la comunidad cristiana sigue la marcha de su Señor a través de la muerte. Este año abarca la liturgia. Así en estos dos días no hay celebraciones sacramentales. La Iglesia ora, celebra la Pasión y la Cruz, se reune para la meditación y la contemplación o para la alabanza de la Liturgia de las Horas, pero no celebra la eucaristía.
Esta austeridad también se manifiesta en el carácter sobrio de la celebración: ausencia de flores, de música, de campanas, desnudez del altar, el sagrario después de la Pasión abierto y vacío.


Entramos en la casa de las Hermanas de la Caridad de Nairobi.
Quería ayudar y una de las hermanas me dijo:

¿Ves a ese niño que llora desconsoladamente?
Sí, respondí.
Ahora, tómalo y dale
todo el amor que puedas, todo el cariño que seas capaz a tu manera.
Y me dejó con el niño.
Le canté, le besé,
le arrullé, dejó de llorar, me sonrió, se durmió.
Al cabo de un rato busqué llorando
a la hermana:
No respira.
Me contestó:

Ha muerto en tus
brazos… y tú le has adelantado quince minutos con tu cariño el amor que Dios le va a dar por toda la eternidad.

Vigilia Pascual

Exodo 12,1-8.11-14.—Salmo 115—1 Corintios 11,23-26.—Juan 13,1-15

Con la llegada de la noche nos encontramos en el corazón de las celebraciones de la Semana Santa. Es la hora de la gran Vigilia Pascual, “la madre de todas las vigilias”, en palabras de San Agustín.
Esta fiesta, la más cristiana y la más importante de todas las fiestas, tiene sus raíces en la pascua judía, que se celebraba el 14 del mes de primavera de nisán, conmemorando la liberación de la esclavitud de Egipto. Jesús al morir en la cruz inaugura la nueva y definitiva Pascua y así lo comprendió el evangelista san Juan, quien tuvo especial cuidado de mostrar la correspondencia entre los acontecimientos de la pascua judía y los misterios de la vida de Jesús: Él es el nuevo Moisés que conduce a su pueblo a la libertad, lo alimentá con el nuevo maná (la eucaristía) y le da a beber de la fuente de aguas vivas. Él es la serpiente de bronce, y todos los que lo miran con fe se salva. Él es la luz que brilló en las tinieblas y guía al nuevo pueblo de Israel a través del desierto. Él es el verdadero cordero pascual al que no le quiebran los huesos (Éxodo 12, 46). Cordero crucificado a la hora en que los corderos pascuales están siendo degollados en el templo.
La celebración se divide en cuatro partes:
Lucernario: la comunidad reunida fuera del templo entorno al fuego acoge la Luz de Cristo, simbolizada en el Cirio Pascual.
Liturgia de la palabra: la comunidad escucha las maravillas que Dios ha obrado a lo largo de la historia (Creación, Alianza con Israel, anuncio de la Nueva Alianza y Misterio Pascual de Cristo).
Liturgia bautismal: la comunidad renueva el bautismo por el que ha sido incorporada a Cristo, a su muerte y resurrección, simbolizada en el agua.
Liturgia eucarística: la comunidad participa de los bienes conseguidos por la muerte y resurrección de Cristo, es alimentada con el pan eucarístico, celebra la presencia del Resucitado.

Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano, debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí”. (Madre Teresa de Calcuta)

No hay comentarios: